EJERCICIO Y SALUD

No es posible compensar una mala dieta con ejercicio. Lo hemos escuchado una y otra vez. Y en gran parte es cierto.
Sin embargo, eso no significa que el ejercicio no sea importante para la salud y para adelgazar. El ejercicio puede tener un gran efecto en la salud general y en la composición corporal, sobre todo en combinación con una alimentación sana. La clave es entender cómo incorporar distintas formas de ejercicio a un estilo de vida saludable.
¿Te gustaría adelgazar a la vez que aumenta tu sensibilidad a la insulina, disminuye tu presión arterial, mejora el colesterol HDL, eliminas grasa abdominal, creas masa magra corporal, alivias los síntomas de la depresión y la ansiedad y mejora tu sensación de bienestar?
Si hubiera una pastilla que proporcionara todo eso, ¿quién no la tomaría? Pero no es una pastilla; sino lo que puedes conseguir haciendo ejercicio.
Al igual que recomendar una dieta nutritiva es demasiado ambiguo, decir que el ejercicio puede ayudar a mejorar la salud y a adelgazar tiene sentido, pero no aclara nada.
Distintos tipos de alimentos pueden afectar al cuerpo de forma diferente; y lo mismo ocurre con el ejercicio. La clave es entender los distintos beneficios que tiene cada forma específica de ejercicio y saber cómo aprovecharlos para que funcionen.
Además, tanto la dieta como el ejercicio solo funcionan si los haces de forma continua. Quizás hayas escuchado el dicho: “El mejor ejercicio es el que puedas mantener a largo plazo”. Aunque es cierto, sigue siendo de ayuda entender las diferentes maneras de ejercitarse, ya que quizá encuentres una con la que disfrutes más de lo que creías.
Las principales categorías de ejercicio son el ejercicio de resistencia, el ejercicio cardiovascular moderado y el entrenamiento de intervalos de alta intensidad (HIIT). No obstante, ten presente que muchas clases, videos y rutinas populares de ejercicio combinan elementos de las tres categorías.
¿Cuál es el tuyo? ¿Ya lo sabes?
De todos modos, tienes que tener en cuenta de que tienes que tener un tiempo para descansar.
Los efectos secundarios del ejercicio son mayormente positivos: más energía, mejor sueño y una mejora de la composición corporal. Pero es posible pasarse con el ejercicio. Eso conlleva dolores, fatiga, lesiones y, por último, abandono.
La clave para el éxito es simple: el descanso es tan importante como el movimiento. En la jerga del ejercicio a eso se le llama “tiempo de recuperación”. Asegúrate de que tu cuerpo tenga tiempo de recuperarse con uno o dos días de descanso o días de “movimientos sencillos” entre medias de los días más desafiantes.
También puedes usar los días de descanso para andar, hacer jardinería o centrarte en trabajo de movilidad. Hacer yoga ligero y estiramientos son formas geniales de mantenerte activo en los días de descanso, y fomentan mejores patrones de movimiento que deberían ayudar a prevenir de lesiones.
Por ejemplo, si haces un entrenamiento de HIIT fuerte un lunes, tómate el martes libre, da un paseo con amigos y haz algunos estiramientos suaves el miércoles y vuelve a hacer entrenamiento de resistencia fuerte el jueves.
Si quieres entrar en términos técnicos, puedes llevar un seguimiento de la tendencia de tu frecuencia cardíaca en descanso o de la variabilidad de la frecuencia cardiaca. Tener el pulso en reposo más alto de lo normal o una variabilidad de la frecuencia cardíaca más baja de lo normal pueden ser señales de que necesitas más descanso. O simplemente puedes guiarte por cómo te sientes.
¿No es increíble cómo hemos sido capaces de sobrevivir sin tanta tecnología?